Llevo un tiempo intentado aclarar mis ideas con respecto a uno de esos temas siempre presentes en la actualidad gamer: la dificultad.
Escuchar que los juegos de ahora no son como los de antes se me antoja contradictorio cuando veo a miles de gamers jurar que Dark Souls 2 es lo más difícil que han probado y que han muerto cientos de veces. Más curioso se torna todo al observar a speedrunners (gente que se dedica a exprimir los juegos y completarlos en el menor tiempo posible) pasárselo en cuestión de pocas horas sin morir ni una sola vez. Y lo mismo hacen con juegos de hace años, de los old school, los complicados de verdad.